sábado, 16 de junio de 2007

Invierno

Invierno, guantes y bufanda. Es lo único que queda para mí.
Camino como muerto pateando piedras
y con la mirada atenta esquivando charcos.
A veces hasta me pregunto dónde estará mi cuerpo. Son los días
en que siento que el mundo desaparece cuando cierro los ojos
y lo único que espero es abrirlos y encontrarte.
Eso sería suficiente para mí. Al menos los días de frío.
Porque todo se pone triste y es ahí cuando el más mínimo hecho
puede devolvernos la más grande esperanza. Si no te encuentro, entonces,
me tocará seguir pateando piedras, tratando de no pisar los charcos.
Incluso trataré de convencerme de que el amor ya pasó de moda
y que lo único que importa es el momento. Los días así
no es difícil guardarse la esperanza en el bolsillo.